Entraron nuevamente en vigencia los protocolos por covid y el resultado de la autopsia de la adolescente asesinada estará en 48 horas. Por otra parte, la acusada, cuando tenía 17 años, mató a un hombre en un caso de "legítima defensa".
Aldana Llerar (16) fue asesinada el domingo al mediodía de un puntazo en el cuello, pero aún no está la autopsia ya que volvió a entrar en vigencia el protocolo covid y el informe demorará unas 48 horas más.
El protocolo exige que se le realice un PCR al cuerpo, para luego sí hacer la autopsia, por lo que la fiscal Andrea Gómez aún debe esperar para tener el informe de la (o las) herida mortal que recibió la víctima y cómo fue la mecánica de ese ataque.
Por otra parte, la policía aún busca a la joven que el novio de la víctima señaló como la asesina, como la mujer que atacó con un cuchillo o tijera a Llerar el domingo al mediodía en Vértiz y la calle 234.
Es que, según el relato del novio de la víctima -y único testigo del crimen- la acusada iba como acompañante en una bicicleta manejada por un hombre, a quien no pudo identificar. Al llegar a donde estaba la pareja, se frenaron, discutieron y la joven comenzó a perseguir a Llerar con un objeto punzo cortante en la mano, que podría ser una tijera o cuchillo.
Al alcanzarla, la mujer le asestó una puñalada en el cuello a la víctima, quien murió a las horas en el Hospital Interzonal.
Sospechosa con pasado homicida
Con el correr de las horas, la Justicia confirmó que la acusada del crimen había matado a hombre en 2019, cuando ella tenía 17 años, por lo que toda la información estaba en el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
La joven acusada de asesinar a Llerar, que hoy tiene 19 años, el 11 de abril de 2019 mató a Miguel Quintana (57) en una casa del barrio Cerrito Sur. Tras estar un año detenida -y bajo tratamiento por sus adicciones-, la joven quedó absuelta ya que la Justicia consideró que actuó en “legítima defensa“.
El 11 de abril de 2019, una mujer llamó al 911 para denunciar a la policía que su hija adolescente “había matado a alguien”, por lo que la policía fue hasta la escena del crimen, en Cerrito y Azopardo y vieron por la ventana el cadáver de Miguel Quintana, quien había sido asesinado de una puñalada en el pecho. Acto seguido detuvieron a la adolescente, que acusaba a su madre de “haberla mandado en cana”.
Al tratarse de una menor, el hecho fue investigado por el fiscal Carlos Russo, quien ordenó que la menor quedara alojada en el Instituto Cerrado de Merlo.
Luego de un año de detenida, tiempo en el que realizó tratamientos por sus adicciones a las drogas, la menor reconoció que mató a Quintana, pero que fue para defenderse. En un juicio realizado en 2020, la Justicia confirmó la versión de la menor y fue absuelta por haber actuado en “legítima defensa”.